Tanto si ya eres un usuario de audífonos como si necesitas hacer uso de uno, hoy queremos enseñarte los tipos de audífonos que existen y cuáles son sus características para que puedas escoger el que más se adapta a tus necesidades. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es un audífono?
Un audífono es un aparato electrónico que se usa dentro o detrás de la oreja. Amplifica ciertos sonidos para que sea más fácil oírlos. Aun así, no se limita solamente a aumentarlos, sino que se adapta a las necesidades de cada paciente. Por lo tanto, este aparato está completamente personalizado en función de la pérdida auditiva de cada persona.
Los elementos más habituales de un audífono son:
- Micrófono: capta el sonido y convierte la energía acústica en eléctrica.
- Amplificador: aumenta la intensidad de la señal que llega al micrófono.
- Bocina: convierte la energía eléctrica amplificada en energía acústica.
- Pila: transmite la energía necesaria para hacer funcionar el aparato.
- Volumen: ajusta la intensidad de volumen.
- Molde: diseñado en función de las necesidades del usuario, se adapta dentro de la oreja.
- Controles: sirven para encender/apagar y escoger otras características del aparato.
¿Cómo funciona un audífono?
El funcionamiento de un audífono se basa en la transformación del sonido en señales eléctricas. Cuanto mayor es la calidad del audífono, más natural será la experiencia auditiva. La naturalidad se debe a cuestiones como el ancho de banda, la regulación automática del volumen, la gestión del ruido y la supresión de feedback.
El funcionamiento del audífono, paso a paso:
- El micrófono capta el sonido y lo recoge.
- El chip analiza los sonidos captados.
- Una vez procesado, el sonido se envía al amplificador.
- El sonido amplificado se transmite al altavoz.
- El altavoz emite los sonidos al oído interno por medio del tubo del molde auditivo situado en el conducto o por un cable hasta el auricular en el oído.
- El oído interno recoge los sonidos, transformándolos en impulsos eléctricos.
- El cerebro recoge estos impulsos y los procesa.
Tipos de audífonos
Audífonos intrauriculares
Se colocan directamente en el oído y están hechos a medida para garantizar la total comodidad y calidad del sonido. No cuentan con hilos o conectores externos, lo que los hace muy discretos, casi invisibles.
Este tipo de audífonos se adapta a casi todos los grados de pérdida auditiva y existen diversos modelos.
- Audífonos invisibles en el canal (IIC): son los más pequeños en la actualidad, por lo que ofrecen mucha discreción. Se adaptan al entorno sonoro y no cuentan con micrófono direccional, lo que ayuda a mejorar los sonidos y reduce el ruido de fondo, así como el sonido del viento.
- Audífonos completamente en el canal (CIC): también muy pequeños, se hacen a medida con la forma y medida del oído para adaptarlos al conducto auditivo. Cuentan con un botón opcional para controlar manualmente los ajustes, pero son prácticamente invisibles. Es adecuado para pérdidas de audición de leves a moderadas.
- Audífonos intracanal (ITC): ligeramente más grande que los audífonos CIC, se colocan en el tercio inferior del oído externo. También se fabrican con la forma y medida del oído y son muy discretos, aunque la pletina del audífono queda a la vista. Además, cuenta con un micrófono direccional que mejora los sonidos necesarios, pero no gestiona bien los ambientes ruidosos. Es recomendable para pérdidas auditivas de leves a moderadas/severas.
- Audífonos intrauriculares de media concha (ITE de media concha): se ajustan en la mitad del oído externo, fabricándolas de forma personalizada al oído. No son tan discretos como los anteriores, porque son ligeramente más grandes, pero son una buena opción para personas con pérdidas auditivas más graves. El micrófono se sitúa en el exterior, por lo que hay direccionalidad, y es adecuado para pérdidas de audición de leves a severas.
- Audífonos intrauriculares de concha completa (ITE de concha completa): se adaptan al oído externo y son más grandes que los mencionados anteriormente, adecuándose a la forma del oído; en función de esto, serán más o menos discretos. Ofrecen una mayor amplificación del sonido y pueden tener funciones adicionales en comparación a los anteriores.
Audífonos retroauriculares
Son los más grandes, con mayor potencia, y se colocan detrás de la oreja. Están formados por una caja de plástico duro que se lleva detrás de la oreja, la cual contiene las partes electrónicas, y se conecta a un molde a medida del oído externo; el sonido se transmite a través del tubito de plástico y el molde.
No son totalmente invisibles, pero están recomendados para personas con una pérdida auditiva entre moderada y profunda.
- Receptores intrauriculares (RIC/RITE): el canal auditivo permanece abierto, por lo que la calidad de sonido es más natural. La salida del sonido se encuentra dentro del conducto auditivo y su única parte visible es el hilo de plástico que conecta ambos elementos del audífono. Transmiten el sonido al interior del conducto auditivo a través de un tubo casi invisible. Son ligeros, discretos y cómodos: la punta se sitúa en la entrada del conducto auditivo y se acomoda bien. Están recomendados para personas con pérdida auditiva de leve a severa.
- Audífonos retroauriculares (BTE): se colocan detrás del oído y es el más versátil. Ofrecen mayor potencia y, por su tamaño, cuentan con más prestaciones tecnológicas Un tubito conecta estos audífonos a un molde que se ajusta dentro del oído externo. Tienen micrófonos direccionales para discriminar la palabra en ambientes ruidosos. Además, son los más adecuados para todos los tipos de pérdida auditiva y tamaños de oídos.
- Audífonos de ajuste abierto: también se colocan detrás del oído y se conectan por un tubito que transmite el sonido amplificado hasta el conducto auditivo, que permanece abierto para que el sonido penetre en el oído más naturalmente.
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