El comienzo del otoño supone un cambio en nuestras rutinas: reincorporaciones al trabajo después del verano, nuevos horarios, la llegada del frío… Todas estas alteraciones pueden repercutir en nuestro sistema inmune, por lo debemos cuidar especialmente nuestra salud. Los ojos no son una excepción en estos cuidados, ya que las características del otoño pueden perjudicarlos. ¡Sigue leyendo este artículo y cuida tus ojos en otoño!
La llegada del otoño
Los cambios de estación pueden afectar de forma considerable a nuestros ojos, ya que estos son especialmente sensibles a los cambios de temperaturas y al viento.
La época otoñal se caracteriza por la caída de las hojas. Esto puede causar reacciones alérgicas en muchas personas, como hinchazón, ardor o picor en los ojos, aunque pueden variar. Debemos destacar que estos síntomas son estacionales, por lo que, con los cuidados adecuados, las molestias se irán pronto.
Muy relacionado con lo anterior está el viento, que puede transmitir más partículas de polvo y otros agentes que, en contacto con los ojos, pueden producir irritación, molestias en la visión o sequedad que desencadene en ojo seco. Lo mismo sucede con los cambios de temperatura.
La incidencia del sol en este momento del año también es muy importante, ya que cae desde menor elevación y los rayos llegan más directamente a los ojos. Esto puede causar más sensibilidad de nuestros ojos y derivar en problemas como fotoqueratitis, por lo que no podemos olvidarnos de utilizar unas gafas de sol homologadas, especialmente en el horario comprendido entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde.
Afecciones más comunes en otoño

Conjuntivitis y Alergias
Las conjuntivitis pueden ser producidas por infecciones, pero lo más común es que sean ocasionadas por alergias. Se trata de una inflamación en la capa conjuntiva, que es la membrana mucosa que recubre el interior del párpado hasta la parte blanca del ojo. Esta afección es muy común, pero también notablemente molesta: causa ojos enrojecidos, legañas, secreciones y la sensación de cuerpo extraño en el ojo.
Entre otras reacciones alérgicas están los picores, los ojos llorosos o la inflamación del párpado.
Ojo Seco
Los síntomas de ojo seco aumentan durante el otoño debido a las temperaturas, la humedad, al viento e, incluso, a pasar más horas delante del ordenador. Esta condición provoca un desequilibrio en el flujo de las lágrimas, produciendo una sensación de arenilla en los ojos, irritación y enrojecimiento.
Orzuelo
Muy relacionada con la blefaritis, los orzuelos (internos o externos) son provocados por unas bacterias que actúan en condiciones de mala higiene, bajada de defensas, estrés o al frotarse mucho los ojos, entre otros. Todo esto causa una inflamación del párpado que puede ir acompañada de enrojecimiento, picor y dolor. Además, puede provocar sensibilidad a la luz y lagrimeo.
Blefaritis
La blefaritis consiste en una inflamación de los párpados. Puede ser de dos tipos: anterior (en la parte externa del párpado, cerca de la raíz de las pestañas) o posterior (en el borde interno del párpado en contacto con el globo ocular).
Existen muchas causas para la blefaritis: bacterias, parásitos, infección, sequedad ocular o trastorno de la glándula sebácea Meibomio. Sus síntomas incluyen enrojecimientos de los ojos, dolor y picor, costras en la base de las pestañas y sensación de cuerpo extraño. Es importante no confundirlo con el ojo seco, algo muy común.
Cuida tus ojos en otoño para prevenir la aparición de cualquier afección. Mantener una correcta higiene y acudir a un especialista será fundamental para evitar estos incómodos problemas. En Fergo estamos a tu disposición, no dudes en visitarnos o contactar con nosotros ante la aparición de cualquier síntoma.