Nuestros ojos sufren en invierno no solo por el frío, también lo hacen por las agresiones externas más comunes, como son el viento y la lluvia. Hay que tener en cuenta que los ojos son muy delicados y están muy expuestos en el invierno.
Nuestros principales protectores oculares son los párpados, las pestañas y las lágrimas y pueden llegar a ser insuficientes para proteger los ojos en épocas invernales. Cuando las temperaturas bajan y el ambiente es más seco se suelen favorecer patologías tales como la sequedad ocular.
¿Cómo prevenimos la sequedad ocular?
Lo más recomendable es usar lágrimas artificiales, sobre todo en casos en los que cuesta abrir los ojos por la sequedad al levantarnos de la cama. Además, si esta sequedad persiste se debe acudir al oftalmólogo por si hubiera alguna patología subyacente.
Otra recomendación es aumentar la humedad ambiental con un humidificador, siempre y cuando no sea desagradable por el frío presente y tengamos una calefacción a mano.
Por otro lado, parpadear con más frecuencia y cerrar los ojos con más asiduidad para descansarlos, ayuda a mejorar el problema.
Por último, una alimentación saludable es imprescindible para mantener los ojos bien hidratados y tener una buena salud general. Los alimentos como frutas y verduras, comidas ricas en ácidos grasos y Omega3, son una forma muy saludable de combatir tanto el frío como la sequedad.
Si además tienes pensado ir a la montaña, como ya hemos dicho en otro artículo, hay que extremar las precauciones llevando gafas de protección ultravioleta de nivel 3 o 4 e incluso con protección lateral si vas a esquiar.
Soberanamente interesante este post referido al tema de la salud de
los ojos. En la mayoría de los casos se acostumbran a omitir
estas cosas y no nos cuidamos lo que deberíamos, lo que ocasionalmente tiene consecuencias
en nuestra salud